Idea original y dirección LUCÍA VÁZQUEZ
Intérpretes SANDRA ORTEGA, MIGUEL MARÍN Y LUCÍA VÁZQUEZ.
Música original MIGUEL MARÍN 'ARBOL'
Diseño de iluminación BENITO JIMÉNEZ
Diseño de vestuario GLORIA TRENADO y ATELIER3
Diseño de espacio MARÍA LLERENA
Foto y vídeo ÓSCAR ROMERO.
Asistente foto DANIEL GONZÁLEZ.
Maquillaje y peluquería JULIA VARGAS.
Distribución LUCIA DE FRANCHI.
Gestora GNP NUEVOS PROYECTOS.
CON EL APOYO DE LA AGENCIA ANDALUZA DE INSTITUCIONES CULTURALES, JUNTA DE ANDALUCÍA.
ESTRENO ABSOLUTO EL 7 Y 8 DE FEBRERO DE 2025 EN EL TEATRO CENTRAL DE SEVILLA.
Dos de nuestras mejores intérpretes se citan para ofrecernos un trabajo coreográfico basado en el movimiento puro, minimalista pero sin perder expresividad y narrativa, en la búsqueda de una poética serena conteniendo un elemento de vacío oculto donde su belleza deviene aún más profunda.
Lucía Vázquez y Sandra Ortega, dos bailarinas sevillanas con trayectorias admirables. La primera, inquieta creadora con un versátil y reconocido recorrido profesional avalada por numerosos premios; sus creaciones han contado con el apoyo del Teatro Central de Sevilla y los Teatros del Canal, entre otros. La segunda, excepcional intérprete que ha desarrollado su carrera en compañías de la talla de Anne Teresa de Keersmaeker/Rosas o Les Ballets C de la B. Para este espectáculo las dos contarán con el diseño sonoro y la música en directo de Miguel Marín Arbol. Músico y compositor, frecuente colaborador de la coreógrafa, reconocido y admirado a nivel internacional por transformar con sus composiciones espectáculos enteros. Mostrará en esta ocasión una banda sonora basada en las melodías, en la belleza de la música desnuda y en la pureza de la voz.
El normcore se basa en la diferencia para acercarse hacia una post-autenticidad dentro de la igualdad, se aleja de lo cool con una declaración de intenciones en defensa de la personalidad sin artificios, una respuesta a la propagación de las modas que a su vez es una moda en sí misma, una tendencia anti-tendencia, una belleza de eterna uniformidad. Debe buscarse lo natural, lo directo, lo sencillo.
Si todo el mundo es especial, ya nadie lo es, y cuando todo el mundo busca la originalidad, la única forma de diferenciarse es evitándola.
Una muestra de lo simple, el día a día, siempre lo mismo pero sin ser lo mismo. O parafraseando a David Lynch sobre sus rutinas durante sus procesos creativos: El hábito como rutina. Si hay un cierto orden allí, uno está libre para volar mentalmente a cualquier sitio. Cuanto más puro el entorno, más fantástico puede ser el mundo interior.